Pues otro taller que hemos disfrutado a tope, un poco dificil, rodeados de chuches, tocarlas, pincharlas y resistir sin comérnoslas, por que decía la profe que no nos podíamos comer el material.
Una vez terminada la obra de arte, ahora sí, nos comimos los excedentes en un santiamén
Esta vez, preparamos para la ocasión este corazón de chuches de primer plato, de segundo una superdivertida tarjeta en forma de camisa que no le faltaba detalle y de postre, preparamos un dibujo, para engalanar la bolsa recicladísima que ocultaba nuestra sorpresa a salvo de papás curiosos
¡¡FELICIDADES A TODOS LOS PAPAS DEL MUNDO MUNDIAL!!
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