Lo pasamos mal, sufrimos lo sufrible pero luego disfrutamos como nunca, lo pasamos genial, Celia decía que era el "mejor día de su vida". No quitabamos ojo de la pantalla, cuando Iniesta marco el gol que nos convirtió en CAMPEONES DEL MUNDO, comenzamos a saltar sin poder parar con la euforia de motor
Que inmensa alegría para toda España, hasta para nosotras(nada seguidoras del futbol) pero aquello era diferente y es que no podía ser de otra manera, nos lo mereciamos después de tener que dejarnos exprimir a golpes por los naranjitas, que salieron a por todas y como fuera y les salió el tiro por la culata. Y además lo bordamos con esa super jugada desde abajo, como si estuviera todo programado, el balón directo a su portería y España al cielo, que estallaba como los fuegos artificiles de las casas vecinas.
Esperamos a que Casillas alzará la copa, entonces si, nos lanzamos a la calle que era una fiesta, ni Noche Vieja podía igualar aquella celebración espontanea, hasta ese vecino siempre tan serio, estrenaba sonrisa para la ocasión.
Los coches coreaban la victoria con estruendosas pitadas que eran música en aquel momento, camisetas, caras pintadas, pulseras, banderas... todo valía, eso sí todos con los ojos brillantes y la sonrisa puesta, era bonito
Fuimos a la piscina y aquello parecía una ollita llena de garbanzos saltarines, el agua bullía de emoción a ritmo de WAKA WAKA, se estaba cociendo un caldo muy especial .
Un amigo se acerca a besarme y me pone una copa de cava en la mano que me sabe a gloria aunque yo no sea amigo de esta clase de caldos, miro a las niñas saltando ya en el agua, otros dos lindos garbancitos aportando el ingrediente más especial a aquella sopita de multitudes. No me lo pienso, salto con ellas, hoy todos somos niños y me uno a ellas entonando un desafinadísimo pero encantador CAMPEONES
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